Hace un tiempo vi un video bastante interesante que me hizo reflexionar y cambiar mi perspectiva acerca de muchas cosas. En él, un militar estadounidense llamado William McRaven, Almirante de los Navy SEALS, explicaba por qué hacer la cama todos los días era vital para tener una vida exitosa y organizada. En palabras propias del Almirante McRaven cito:
“Hacer la cama todas las mañanas supone completar con éxito la primera tarea del día. Ese gesto tan sencillo os dará una pequeña razón para sentiros orgullosos, y afrontar la siguiente tarea del día, y la siguiente…
Al final del día, esa primera pequeña tarea se habrá convertido en muchas tareas completadas. Hacer la cama también es una forma de recordar la importancia que tienen los pequeños detalles en la vida. Si no sois capaces de hacer bien las pequeñas cosas, tampoco seréis capaces de hacer bien las grandes. Por otra parte, si vuestro día ha sido horrible, al menos, cuando volváis a la cama, la encontraréis hecha con la promesa de que mañana será mejor. Si queréis cambiar el mundo, empezad haciendo la cama”.
Luego de ver el discurso, enseguida fui a hacer la cama que estaba hecha un desastre. La última parte suena un poco exagerada y realmente no hay estudios científicos que avalen esta teoría, pero tampoco se puede negar que tiene mucho sentido. Parecerá una tontería, pero, si no somos capaces de lidiar con las tareas más simples del día a día ¿seremos capaces de lidiar con aquellos retos más complejos?
Esas palabras aun retumban en mi mente e intento recordarlas cada vez que no hago la cama o dejo la ropa sucia tirada en el piso del baño. Si pudiese desearme algo a mí misma sería orden. El orden es elemental para una vida exitosa, sin él, todo sería un caos.
Si deseas cambiar tu vida, comienza siempre con el orden.
Por otra parte, siento que esta reflexión la podemos aplicar también para muchas otras cosas: las decisiones, las promesas o las injusticias.
Por ejemplo, si no podemos dar esos diminutos pasos y tomar decisiones pequeñas pero significativas, ¿tendremos el valor suficiente para hacer lo mismo con las que pueden cambiarnos la vida?
Si no cumplimos nuestras promesas más tontas, ¿cumpliremos las mas importantes y respetables?
Y esto lo digo con total certeza por experiencia propia: si no somos capaces de defendernos ante las pequeñas injusticias del día a día, tampoco seremos capaces de hacerlo ante las grandes; las que sí tienen consecuencias mayores.
Pero ese es un tema para un post en el cual estoy trabajando, el cual publicaré pronto…
Déjame en los comentarios si te gustó lo que escribí.
Twitter/Instagram: @AlejandraIriza
7 Comments
Está genial!! Justo ando en esa búsqueda de cambios, así que tomaré la sugerencia
Tienes mucha razón. ¿Has leído a Jordan Peterson? Leyendo esto me vino a la mente un capítulo de su libro 12 Reglas Para Vivir en el que desarrolla esa idea aparentemente simple de poner primero en orden lo más inmediato individualmente antes de tratar de ordenar algo más allá de uno mismo, sobre todo desde un punto de vista existencial. Quizá te interese.
¡Hola, Juan! Justo estoy escribiendo un articulo sobre Jordan Peterson que publicaré la semana que viene. Estará muy interesante de leer. Muchas gracias por tus aportaciones, un abrazo.
Muy bueno e interesante. Te felicito por tu blog. He leido los dos últimos y me parecen interesantes y utiles.
Naaaguará si así escribes ¡Cómo habrás de mirar a los ojos!
Hola Alejandra, me agradó muchísimo leer este post y concuerdo con el hecho de las pequeñas tareas. Se deben hacer, así damos paso a tareas y recompensas mayores.
Un abrazo.
Genial anécdota, mas allá de hacerlo. lo mas difícil es tomar el habito diario, ser constantes aunque de pereza, esa es la clave del éxito, aunque el vaguismo y la flojera a veces nos intenten dominar